lunes, 31 de mayo de 2010

Un huevo sin sal es como un beso sin bigote

Poco sabia yo de Sartre cuando lei lo que titula esta entrada de su puño. Pasaron años, durante los cuales  difamelo, de puto y quien sabe de cuanta otra cosa, hasta que alguien hablome de Simonne de Bubua (no se como se escribe ni ansio googlearlo) y de la relacion abiertamente partusera que con ella llevaron durante largo rato. Al tiempo de leer eso me interese por un libro suyo, "Las palabras", en el que se declaraba mamarulo como pocos! Leilo todo y entereme de pormenores de su infancia, la dinamica familiar durante su adolescencia y una larga lista de etceteras (que reforzaron mi idea de que se la manducaba, por el tema de la mamarules y por la ausencia de la figura paterna, y por algunas cosas mas que ahora no me acuerdo bien (entiendan, fue hace un par de años...) pero recuerdo haber sabido), ademas de gustar de su prosa. No volvi a pensar en la frase hasta antes de ayer, que surgio algo relativo al huevo, pero no al bigote, en una conversacion. Cuando hube repensado esta situacion, dime cuenta que el buen sartre, bien pudo gustar de comer sus huevos sin sal, o, pudo gustar de los besos en los que el aporte de bigote fue el suyo. Lo he juzgado injustamente, todo a causa de mi falta de atencion a la hora de interpretar sus escritos.